Natural de Pamplona. Licenciada en Filosofía y Letras, Sección Historia, por la Universidad de Navarra. Ha realizado los cursos de doctorado del programa de Historia. Máster en Biblioteconomía por la Universidad del País Vasco. Entre 1994 y 1999 trabajó en la catalogación de bibliotecas públicas y privadas en Vitoria-Gasteiz. Desde 1999 trabaja en el Archivo Histórico del Grupo de Historia de España del Siglo XX, integrado en 2006 en el Archivo General de la Universidad de Navarra.
Es miembro de la Asociación de Archiveros de Navarra (AAN) y coordina el Grupo de Trabajo sobre Archivos Personales de la Conferencia de Archiveros de las Universidades Españolas (CAU). Ha impartido cursos de formación sobre archivística y presentado ponencias en diversos congresos sobre archivos personales y el acceso a este tipo de fondos.
Desde 2011 es subdirectora del Archivo General de la Universidad de Navarra.
«El olimpismo en el archivo personal de Pedro J. Matheu»
En el Archivo General de la Universidad de Navarra, se conserva el fondo personal de Pedro Jaime Matheu. Una vez organizado y clasificado, y visto el valor histórico de la documentación que contiene, se decidió realizar una exposición con los documentos sobre el olimpismo que creó y recogió el propio Pedro J. Matheu en el desarrollo de su actividad profesional y de su trayectoria vital. La organización de esta actividad de difusión de su legado ha permitido realizar un estudio más completo del personaje y de su época y evidenciar su contribución a la incorporación de las mujeres en los Juegos Olímpicos.
Pedro Jaime de Matheu (San Miguel, 8 de marzo de 1865 – Madrid, 30 de agosto de 1940)
Fue cónsul general de El Salvador en España y en Francia y encargado de negocios de El Salvador en París. Fue cónsul general de Costa Rica, Honduras y Nicaragua en París. Tuvo numerosos puestos de representación para su país: delegado especial para la conmemoración del Tercer Centenario del Quijote, enviado extraordinario a la boda del rey Alfonso XIII, miembro de la Corte de Arbitraje en La Haya. Fue miembro del Comité Olímpico Internacional, representante de América Central en el Comité Internacional Olímpico, presidente y secretario general del Comité Olímpico de América Central.
También ejerció cargos en otras organizaciones, como por ejemplo de delegado del Comité France-Amérique, miembro de la Unión General Hispano-Americana y consejero técnico de la Casa América de Barcelona. Era además corresponsal de periódicos salvadoreños, españoles y franceses.
La tipología documental predominante es la correspondencia, aunque también se conservan notas, fotografías y abundante documentación de apoyo informativo sobre los Juegos Olímpicos y el Comité Olímpico Internacional.
El interés de esta experiencia es mostrar la importancia de la documentación que se conserva en los fondos personales para la investigación del pasado, con testimonios reales y veraces de los propios protagonistas de la historia, en este caso reciente, en una época convulsa entre dos guerras mundiales que cambiaron nuestro devenir para siempre.
La documentación estudiada muestra cómo desde el ámbito deportivo, en esos años veinte y treinta del siglo xx, se intentaron difundir los valores del olimpismo y sus beneficios por todo el mundo. En concreto, el interés de Pierre de Coubertin en su expansión a América Central y la inestimable colaboración de Pedro J. Matheu para llevar a cabo esta empresa.
Pero además una de las aportaciones de este diplomático fue su apoyo a la incorporación de la mujer al deporte olímpico. El 24 de abril de 1931, se celebró en Barcelona la 29ª Sesión del COI. En esta sesión, uno de los temas que se trataron fue la participación femenina en los Juegos Olímpicos. Hubo un importante debate al respecto y hubo muchas reticencias. Una de las intervenciones destacadas fue la de Pedro J. Matheu, representante de los países centroamericanos, que leyó un manifiesto favorable y que contribuyó a que finalmente se aprobase la participación femenina en los Juegos Olímpicos de Los Angeles de 1932, en cinco deportes: patinaje, gimnasia, natación, atletismo y esgrima (en estos dos últimos casos solo en algunas disciplinas).
En estos años entreguerras, las mujeres se habían ido incorporando a muchos de los ámbitos laborales y sociales. ¿Qué queda de esta fundamental aportación a su incorporación al mundo deportivo, entre la documentación de uno de sus protagonistas? La verdad es que muy poco, un folleto titulado «La nueva gimnasia femenina en Finlandia», de Elli Björkstén, que demuestra su interés por el tema, pero fundamentalmente una carta de la presidenta de la Federación Deportiva Femenina dirigida a Pedro J. Matheu, de 6 de julio de 1929, en la que le agradece que defienda la causa femenina y su apoyo en las discusiones olímpicas. Esta carta, enviada dos años antes de la sesión del COI de 1931 en Barcelona, evidencia su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres a participar en los Juegos Olímpicos.
La carta evidencia también uno de los valores primarios de los documentos, su valor probatorio y la importancia de su conservación para la defensa de los derechos de las personas tanto en el presente, como sobre todo para el futuro.